lunes, 2 de junio de 2008

Vuelo A-404

Cuando vi que se acercaba ella, pensé -menos mal, por una vez no me toca el ejecutivo gordo y sudoroso en el estrecho asiento contiguo-. Hizo lo que todos hacemos sistemáticamente al buscar nuestro sitio en un avión: mirar repetidamente el billete y la señalización de la cabina un par o tres de veces, para cerciorarnos que no nos equivocamos. Le sonreí y realicé un leve movimiento como acomodándome pero a la vez, facilitándole un poquito más de sitio. Ella me saludó con una sonrisa forzada y luego se sentó.


Empezábamos un vuelo transoceánico con una duración prevista de algo más de 7 horas, por lo que pensé que ya habría momento para intentar un tímido acercamiento a la belleza de al lado.


Cuando llevábamos apenas 2 horas, vi de reojo que me estaba observando y giré la cabeza hacia ella con ánimo de entablar conversación. Cuando nuestros ojos se encontraron un escalofrio recorrió todo mi cuerpo. No se a que se debió, pero tenía una mirada brutal, salvaje, hechicera...


Se dirigió a mi con voz pausada y firme: - mira, me han confirmado que me queda muy poco tiempo de vida, pronto moriré y he decidido aprovechar este poco tiempo que me queda, prácticando todo el sexo que pueda e intentando cumplir mis más oscuras fantasías- -te he elegido a ti por proximidad, pero no es sólo eso, también encuentro algo agradable en ti y espero que tu lo encuentres en mi. Desearía que este encuentro fuese tan memorable para ti como, seguro, lo será para mi.


Diana me propuso encontrarnos en el lavabo de cola. Al cabo de 10 minutos yo entraba en el baño y a los pocos segundos golpearon levemente la puerta. Era ella, que entró rápidamente. Se echó encima de mi, y empezó a lamerme por todos lados, y a besarme con un frenesí que yo nunca había experimentado. Me transmitió de tal manera su excitación que nos arrancamos las ropas y empezamos a joder como animales. No se si montamos un espectáculo para los pasajeros de los últimos asientos, pero la verdad es que ni uno ni otro intentamos siquiera contener ni los gritos ni los movimientos.



Estuvimos más de una hora en el diminuto habitáculo, hasta que decidimos salir a respirar. Primero salió ella y a los dos minutos lo hice yo; como queriendo disimular lo indisimulable.


Volvimos a nuestros asientos, me beso en la mejilla y mientras jugueteaba con una especie de teléfono móvil, se acercó a mi mejilla, me besó suavemente y me susurró al oido: lo siento


.....


Noticias de las 9.


Los cuerpos de seguridad encargados de la investigación de la misteriosa explosión en pleno vuelo del A-404, informan que la hipótesis más plausible sea la de un atentado terrorista ya que parece ser que una de las pasajeras del vuelo responde a las señas y características de la tristemente célebre terrorista Diana Cobo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bien que hayas vuelto. Tú como siempre, calentando el ambiente.

besos

Anónimo dijo...

Al parecer yo soy esa célebre terrorista y no lo sabía!!!! me sorprendió mucho ver mi nombre ahi jeje